Divertirse y relacionarse. ¿Se aislará?

“La verdad es que al principio estábamos muy preocupados por nuestro hijo, es sordo, y eran muchas las preocupaciones y los miedos que teníamos. Una de las cosas que se nos venían a la cabeza era que al final no se iba a poder relacionar como los demás, que acabaría aislándose… Pero luego nos fuimos dando cuenta de que no tiene por qué ser así.”

Tendrá mucha gente a su alrededor

Personas con las que divertirse, a la que contar sus preocupaciones y escuchar las de los demás, tener amistades, amores… es algo que todos y todas necesitamos y que vuestra hija o hijo sordo también las tendrá, tan solo es necesario que os tranquilicéis, lo veáis como lo que es, una persona en desarrollo y que tiene que aprender muchas cosas: algunas se las enseñarán papá y mamá, el abuelo, su hermana mayor, etc. y otras las irá aprendiendo por su cuenta. Y también aprenderá a relacionarse con los demás y los demás a hacerlo con él o ella. 

¡Manos a la obra!

1. Antes de empezar

Crecer, ser autónomo, tomar decisiones, relacionarse, aprender, disfrutar, etc. son cosas que se van haciendo con el tiempo y desde el principio, desde que somos peques, todos y todas, sordos y oyentes.

• La sordera… una característica más. Niños, niñas, jóvenes y mayores somos distintos, y estamos llenos de potencialidades, lo importante es esforzarnos y saber las opciones y recursos que tenemos a mano para solventar las dificultades con las que nos vamos encontrando en la vida. Vuestro hijo o hija también tiene muchas capacidades en su interior; la sordera no deja de ser una característica más pero no es la única y muchas veces no es la más importante ni la que determinará su vida. Una familia que le apoya, amigos y amigas con los que disfrutar y compartir momentos y confidencias, muchas ganas de ser feliz, recursos técnicos y profesionales de los que echar mano y muchas experiencias de las que aprender serán el verdadero “combustible” para hacer este viaje.
• “Una mochila repleta…” de experiencias, de comunicación, de afecto, de espíritu de superación, etc. serán algunas de las piezas claves que irán haciendo que vuestra hija o hijo sordo vaya creciendo y madurando y que esté preparado para poder relacionarse con todos y todas, sordos y oyentes, y disfrutar de todo lo que la vida le ofrece.  

2.Una buena manera de empezar

Aunque podáis pensar que vuestro hijo o hija es todavía muy pequeño podéis ir poniendo a su disposición infinidad de cosas para que vaya llenando “su mochila” en este viaje que ya ha empezado y que lo haga disfrutando con los que tiene alrededor.

Llenar esa “mochila” de…

• Visitas al zoo, cuentacuentos, juegos, actividades… Si desde el principio se relaciona, conoce lo que tiene alrededor, se comunica con sus familiares, participa en las actividades del colegio, etc. se irá acostumbrando a relacionarse y todas esas experiencias le ayudarán a crecer y a abrirse al mundo.
• Visión positiva… sobre sí mismo, como una “personita” con muchas capacidades por desplegar y que se va a encontrar con dificultades y buenos momentos, como todos y todas, sordos y oyentes, donde lo importante será ir conociéndose a uno mismo y ser responsable, aprendiendo cada día.
• Seguridad y apoyo... que le ayude a aprender, a saber que puede ser autónomo y hacer las cosas por sí solo, y que mamá y papá están ahí para ayudarle cuando lo necesite, y a enseñarle a ir solucionando “los problemas” que puedan aparecer en la vida de vuestros pequeños y pequeñas.

La seguridad en uno mismo, valorar las propias características, aceptarse, etc. es algo muy importante para todos y todas. Si queréis saber algo más mirad el apartado Autoconcepto y autoestima. Mi hijo de 0-6 años >  Educar en casa > Autoconcepto y autoestima

• Otros niños y niñas… sordos y oyentes, así irá aprendiendo a relacionarse con todo tipo de personas, con niños y niñas que se comunican hablando, otros que lo hacen en lengua de signos, etc. Además así verá que todos y todas somos diferentes pero que también hay otras niñas y niños sordos.

Hablan las mamás y los papás...

Me di cuenta de que el miedo me hacía verlo todo diferente...

Muchas veces, con la llegada de una hija o un hijo sordo a la familia a padres y madres os entran muchos miedos y preocupaciones; miedos que son totalmente comprensibles ya que queréis que su vida transcurra sin problemas y que todo le vaya bien. No estáis familiarizados con la sordera y esos temores pueden hacer que al principio veáis a vuestro hijo o hija un tanto “desvalido” y tendáis a sobreprotegerlo. Ánimo, poco a poco os daréis cuenta de que todo va a ir bien, y se desenvolverá como cualquier otra persona.

A veces nos sorprendemos de lo bien que se relaciona Amaia

¡Claro que sí! Los niños y niñas se van acostumbrando a valerse por ellos mismos y aunque creáis que vuestro hijo o hija no va a ser capaz también podrá hacerlo. Si desde el primer momento le enseñáis a que vaya haciendo las cosas de forma autónoma, con ayuda cuando sea necesario, facilitando que se relacione con otros niños y niñas, adultos, sordos y oyentes veréis cómo es más fácil de lo que parece. Y recordad que tenéis a familiares, amigos y amigas, profesionales y a muchas otras personas a vuestro lado.

Ahora que Roberto ya es más mayor vemos que tiene su vida propia como cualquier otro de su edad

Todos y todas acabamos teniendo nuestro grupo de amistades y van cambiando con el tiempo y con la edad. Y algo igual pasará también con vuestra hija o hijo sordo. Lo importante es que, poco a poco, vaya siendo autónomo y con recursos personales para ir tomando sus decisiones. Aunque todavía es muy peque recordad que puede ir asumiendo responsabilidades, que la comunicación en la familia no tiene por qué ser un problema y que seguro que disfrutará mucho con otros niños y niñas.

Hubo una charla en la asociación de padres y madres de la escuela

Comunicarse y relacionarse es cosa de dos y muchas veces no está de más que los que están a su alrededor conozcan algunas pautas básicas para comunicarse con una niña o un niño sordo: qué es eso de la sordera, saber que si le hablas muy deprisa puede que sea más difícil de entender, que no todas las niñas y niños sordos son iguales, que cada uno se desarrolla a su ritmo, mirar a la cara al hablar o signar, etc. Que los demás sepan estas pequeñas cosas facilitará la relación.

Algunas buenas ideas

¡Mirad a ver qué os parecen estas ideas! Son fáciles de hacer y seguro que os serán de gran ayuda.

• Pequeñas responsabilidades. Ya sabéis que aunque todavía no sea mayor puede ir encargándose de pequeñas tareas en función de su edad (ayudar a poner la mesa, preparar la ropa del día siguiente, etc.) Es una buena forma de que, poco a poco, vaya siendo responsable, pueda afrontar las responsabilidades que vayan apareciendo cuando se haga mayor y se sienta capaz de hacer las cosas por sí solo y ¡también lo irá siendo para empezar a relacionarse con los demás!.
• Otras familias como la vuestra. Muchas de las preocupaciones son menores cuando se comparten con los demás. Conocer y charlar con otras familias que también tienen hijos e hijas como los vuestros os hará ver que lo que ahora parece un mundo se hace más pequeño. Muchas familias ya tienen hijas e hijos sordos más mayores y seguramente han tenido temores parecidos a los vuestros y os podrán contar cómo salieron adelante y qué cosas les fueron útiles.

En el apartado Dónde acudir podéis acceder a los datos de contacto de entidades de familias y personas sordas. Dónde acudir > Asociaciones y federaciones

• Otras niñas y niños sordos y oyentes. Aprender a relacionarse es algo que se aprende desde que somos peques. Que conozca a otras niñas y niños sordos y oyentes a través de juegos, cuentacuentos y otras actividades infantiles será una estupenda manera de que se vaya acostumbrando a relacionarse con todo tipo de niños y niñas.
• Fiestas y celebraciones. Los cumpleaños, las fiestas familiares o las celebraciones de la escuela son estupendos lugares en los que relacionarse con sus amigos y amigas, con sus compis del cole, con sus familiares, etc. Suelen ser momentos en los que hay mucha gente y empiezan a desenvolverse en sociedad de forma lúdica.

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