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Hábitos y rutinas: La hora de la comida

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La hora de la comida es un momento muy especial para disfrutar juntos: aprenden cosas nuevas, descubren nuevos sabores, encuentran su comida favorita…

A veces conseguir que coman resulta un poco difícil: cómete esto, venga por papá, ¿te cuento un cuento? no mires tanto la tele que te quedas embobada… Si es vuestro caso, antes de nada relajaos porque lo que ahora puede pareceros difícil en realidad no lo es tanto. Seguro que dentro de unos años lo recordaréis bromeando en familia… ¡Ay, qué guerra me dabas de pequeña en las comidas, María! Podéis enseñarles a disfrutar de la hora de la comida y tener recursos e ideas para hacer de este momento del día algo relajado y tranquilo.

¿Qué es el hábito de la comida?

Aprendiendo a comer: Que aprendan a comer bien y de todo es algo que necesita tiempo, constancia y mucho cariño.

¡Manos a la obra!

¿Recordáis cuando aprendisteis a conducir? Lo conseguisteis a base de ser muy constantes ¿verdad? Con los hábitos pasa lo mismo: lo que ahora todos y todas hacemos casi sin pensar (comer solos, vestirnos, etc.) lo tuvimos que aprender a base de repetirlo.
Si empezáis a enseñarles a vuestras hijas e hijos los hábitos de pequeños los irán aprendiendo casi sin darse cuenta. Al principio resultará un poco pesado: tendréis que intentar hacer todo de la misma forma, pero ¡veréis que cuando lo consiga compensará!

1. Antes de empezar

Están aprendiendo algo de mayores, transmitidle tranquilidad ¡No pasa nada si lo hace mal al principio! Hacedle sentir que es capaz y disfrutad con sus avances. Si un día veis que vais a estallar mejor retiraos un momento; luego volveréis más tranquilos. ¡Hacerlo mal también forma parte del proceso! Empezad en momentos del día en los que estéis tranquilos y sin prisas (cena, merienda, fin de semana…) y evitad empezar en vísperas de iros de vacaciones durante un tiempo.

Mamás y papás,
Seguro que lo vais a hacer fenomenal y si un día no sale tan bien. ¡No pasa nada! Seguro que la próxima vez se os da mejor.

 

2. Una buena manera de empezar

¿Qué ha aprendido?
La hora de la comida puede ser un momento estupendo para aprender cosas nuevas y practicar las que ya conoce. Sabe lo que va a pasar: lo mismo que todos los días, sabe lo que se puede y no pude hacer y además toda la familia le felicita por todo lo que hace bien: lavarse las manos, poner la mesa, ayudar a mamá y a papá. ¡Qué bien la hora de la comida!

Hablan las mamás y los papás...

Cuando decidimos pasar del puré a la comida sin triturar, Manuela se resistía...

A veces este paso cuesta tanto a niños y niñas como a padres y madres. Cualquier cambio para ellos y ellas es algo que les cuesta. Retrasar el paso a los alimentos sin triturar no es la mejor solución ya que a medida que se hacen más mayores los cambios les van a costar más. Vuestra actitud será muy importante: mucha tranquilad. Al fin y al cabo la comida es un buen momento para disfrutar.
Si ya se sienta sin ayuda podemos ir empezando. A partir de los 3 años es bueno que disfrute de una dieta como la nuestra: rica y variada, con primer plato y segundo.
Se trata de ir poco a poco, con tranquilidad y sin amenazas del tipo te lo vas a comer esta noche, ¡y si no en el desayuno!... Empezad dándole purés cada vez más espesos. Si no le gusta no pasa nada, démosle tiempo. Progresivamente podéis introducir en el puré tropezones de alimentos blandos (pollo, pescado, queso fresco, huevo duro…) Por último podréis darles alimentos fáciles de masticar, incluso aplastados con un tenedor.
Que vuestras hijas e hijos sordos mastiquen es algo importante porque masticando y tragando se fortalecen muchos músculos que son necesarios para hablar. Si coincide que vuestra hija o vuestro hijo va al logopeda y estos músculos están fuertes  ¡veréis qué bien!

Lucas tardaba muchísimo en comer... ¡Ya no sabía qué hacer!

Habrá niños más comilones y niñas menos glotonas, además cada uno necesita su tiempo pero si es mayor de 2 años y medio y tarda mucho en comer podemos establecer un tiempo determinado para la comida, lo normal sería tardar como mucho 40 minutos.
Si es de los que tarda horas y horas podéis hacerlo como si fuera un juego, que lo vea como algo divertido y “de mayores” no como una imposición.
Enseñadle con un reloj que le guste el tiempo que hay para comer. Le avisaréis (con calma) cuando se siente a comer que cuando llegue la aguja grande al punto rojo (una pegatina que quizás habrá elegido él o ella) la comida se habrá terminado. Cuando falten 5 minutos podréis avisarle de que falta poquito.
Cuando se haya terminado el tiempo recogeremos la mesa entre todos, sin gritos ni amenazas. Si no le dio tiempo habrá aprendido que hay un tiempo para comer y la próxima vez se intentará dar prisa.
Puede que hasta que aprenda que hay un tiempo limitado para comer le cueste, no quiera… Ánimo y paciencia, si sois constantes lo conseguiréis.

¿Y si nos vamos de vacaciones o a comer fuera?

No se trata de ser rígidos. Como os hemos dicho en apartados anteriores los padres y madres debéis ser firmes pero a la vez flexibles, ceder en algunas cosas y en otras no, y ese término medio es la clave para educar a vuestros hijos e hijas felices. Ser coherentes es fundamental.
Una vez que han interiorizado el hábito de la comida no hay problema en que haya ocasiones especiales: un cumpleaños, comer fuera, etc. ¡El objetivo también es que disfrute comiendo!

Algunas buenas ideas

Aquí os dejamos algunas buenas ideas para que enseñarles las rutinas de la comida sea algo divertido.

Avisadle siempre con tiempo suficiente para que deje lo que esté haciendo y vaya a lavarse las manos, así de paso evitaremos rabietas…

¿No te ha quedado claro?
No olvides que puedes consultarnos en el apartado Pregúntanos. Además en la colección de DVD Mi hijo sordo podrás ver aspectos relacionados con las niñas y niños sordos en estas edades.

Ver Materiales.
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