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Compañeros de juego, confidentes, amigos, consejeros… sin duda los hermanos y hermanas son personas muy importantes en la familia. Es normal que en los primeros momentos toda vuestra energía se dirija hacia la niña o el niño sordo pero es bueno no olvidarse de los hermanos y hermanas: también necesitan entender lo que está pasando.

Serán los primeros “maestros” de su hermana o hermano sordo. Démosles las herramientas necesarias para disfrutar de esta experiencia.

Una nueva situación

Recibir la noticia de que vuestra hija o hijo es sordo es algo que se vive de forma muy intensa no sólo por los papás y mamás: también para el resto de la familia.

• Para los papás y mamás… que estáis pendientes de solucionar un montón de cosas y es probable que deis por hecho que el hermano oyente debe entender la situación y portarse bien. O quizás no sabéis cómo explicarle la situación o penséis que es mejor mantenerle al margen para no preocuparle.
• Para los hermanos y hermanas: que de pronto no saben cómo encajar lo que está pasando: su hermana es diferente, ven a papá y a mamá pendientes de ella, y sienten una mezcla de emociones que no entienden.

¡Manos a la obra!

1. Antes de empezar

Cada hermana o hermano es único y singular, y así será su forma de vivir la sordera de su hermano o hermana: sus reacciones, sus sentimientos y sus emociones serán diferentes de un niño a otro dependiendo de cómo viva la familia la noticia, el orden de nacimiento, el número de hermanos en la familia, etc.
Es posible que vuestro hijo o hija oyente sienta…

• Desconcierto: no sabe qué está pasando, os ve todo el día de médicos, no entiende qué le pasa a su hermana, los abuelos de repente están más en casa para echar una mano…
• Malestar: porque nadie le explica lo que pasa, ve que papá y mamá están preocupados y no sabe muy bien qué ocurre.
• Celos: todos están pendientes de su hermano sordo, le viene a ver mucha gente, se habla sólo de él, ya no hacen las mismas cosas con mamá y papá…
• Miedo: no entiende si es grave lo que le pasa a su hermana, si se va a curar o si quizás él hizo algo para que le pasara eso.
• Enfado: A veces incluso se enfadará con su hermano sordo; no es porque no le quiera, es porque no entiende todos estos sentimientos juntos.

2. Una buena manera de empezar

• La importancia de hablar del tema. Compartir con papá y mamá todos estos sentimientos y encontrar en la familia un lugar donde poder expresar sus miedos y temores es algo muy positivo. Quizás lo que necesita sea sólo que estéis dispuestos a escucharles. En el apartado de Algunas buenas ideas podréis abordar mejor el tema. Seguro que lo estáis haciendo fenomenal.
• Las rutinas de todos los días. En la medida de lo posible intentad hacer las mismas cosas que hacéis todos los días. Esto les da seguridad y tranquilidad. Si, por ejemplo, os echan una mano otros familiares para cuidarles intentad turnaros para que no siempre sean estos familiares los que se hagan cargo de él o ella: vuestros hijos e hijas quieren estar con vosotros, mamás y papás.
• Normas y premios para todos y todas. En casa hay que respetar las normas, las que mamá y papá hayáis elegido. Es importante que éstas las cumplan todos y todas, sin sobreproteger a vuestra hija o hijo sordo. Y por supuesto ¡premiar cuando lo hagan bien a unos y otros! Decirle ¡qué bien lo has hecho! y felicitarle por todo lo que os ayuda vuestro hijo o hija oyente  y lo bien que lo hace le hará sentirse especial.

En el apartado de Normas y premios para todos encontraréis más ideas. Mi familia> Hermanos> Normas y premios para todos

• Dejadles ser niños y niñas. Su felicidad, sus sueños, sus ilusiones… son igual de importantes que la felicidad, los sueños y las ilusiones de vuestra hija o hijo sordo. No les convirtáis en pequeñas mamás o papás cargándoles de grandes responsabilidades. Que no se pierdan (ni os perdáis) su infancia.

Hablan las mamás y los papás...

Es verdad, somo más duros con Manuela, nuestra hija oyente

Muchas veces, sin daros cuenta, los papás y mamás exigís más a vuestros hijos o hijas oyentes. Seguro que vuestra hija o hijo sordo es capaz de hacer muchísimas cosas, será bueno que las haga tanto para él o ella como para el resto de la familia que verán que todos y todas colaboraban.

Cuando intento hablar de la sordera de su hermano me pongo a llorar

Estáis viviendo muchas emociones muy intensas y es normal que hablar sólo del tema os emocione. Para hablar con vuestro hijo o hija del tema lo mejor será hacerlo cuando estéis tranquilos y preparados. Si llegado el momento os ponéis a llorar relajaos y decidle con tranquilidad que igual que a veces ellos y ellas lloran, mamá y papá también lo hacen, que es algo natural y que en cuanto se os pase hablaréis del tema.

En el apartado de Mis sentimientos veréis las experiencias de otros papás y mamás en vuestra misma situación.

Mi hermano sordo me enseño a jugar a la Play Station

Todos y todas somos muy buenos en algunas cosas y nos cuestan más otras. Tener una hermana o un hermano sordo le aportará muchas cosas: aprenderá a hacer cosas nuevas que su hermano sordo sabe hacer fenomenal, aprenderá a comunicarse con él o ella (¡con lo divertida que es la lengua de signos!), conocerá a más gente sorda, compartirán otras formas de divertirse… y seguramente esta experiencia le vuelva más comprensivo con las necesidades de la gente, más tolerante…

Cuanto se enfadan siempre defendemos a su hermano sordo

Siempre que sea posible dejadles que resuelvan sus diferencias. Evitad inclinaros siempre a favor de vuestra hija o hijo sordo. De esta forma crecerán sabiendo que las normas son para todos y todas y que se pueden arreglar las cosas entre hermanos.

A Diana le explicamos cómo llamara a su hermano sordo, ¡ahora lo hace mejor que nosotros!

Los papás y mamás sois los mejores modelos para que vuestros hijos o hijas oyentes aprendan cosas como cómo llamarles desde lejos, cómo comunicarse con ellos y ellas, etc. Seguro que lo aprenderán rapidísimo.

En el apartado de Nos comunicamos encontraréis un montón de ideas sobre la comunicación con personas sordas.

Manu se entiende fenomenal con Sara, su hermana sorda

Es posible que al principio los padres y madres hayáis pensado ¿Cómo se van a entender? ¿Se podrán contar sus cosas? Son dudas normales. Sin embargo seguro que entre ellos y ellas se entienden de maravilla, desarrollarán sus propias estrategias para comunicarse y si además favorecéis el ocio juntos y con otras niñas y niños sordos seguro que no habrá ningún problema. Recordad que la lengua de signos además de divertida es un recurso estupendo para que se relacionen.

Algunas buenas ideas

• ¿Qué es la sordera? Qué mejor manera de explicárselo que utilizando cuentos con protagonistas sordos para ir contestando a sus preguntas y hablar del tema. No le expliquéis la sordera como una “enfermedad” ya que puede pensar que si se toma una medicina se curará. Mejor abordar el tema como una característica más: a unos se nos da bien el fútbol y a otros las matemáticas. Habrá cosas que le resultarán más difíciles pero habrá muchas que las harán estupendamente.

• ¿Qué cosas crees que puede y no puede hacer tu hermano sordo? Será una forma de saber qué tipo de información tiene, qué piensa sobre la sordera, etc. Lo que sepa del tema será su forma de explicarle a sus amigos y amigas, profesores… cómo es su hermana o hermano sordo y nadie mejor que vosotros, papás y mamás, para aclararle sus dudas.
• La lista de las cosas positivas de no oír. Las podéis enumerar con vuestra hija o hijo con dibujos, imágenes… Estos son algunos ejemplos: duerme sin ruidos, tiene los ojos más “despiertos”, etc.

• ¡Vamos a la asociación! Seguro que vuestros hijos e hijas están deseando pasar tiempo juntos haciendo cosas divertidas. En las asociaciones o en el cole puede que organicen actividades al aire libre o cuentacuentos. Serán ocasiones estupendas para que jueguen juntos y conozcan a más niñas y niños sordos y a sus hermanas y hermanos. Así verán que hay muchos más como ellos y ellas.
• Nuestro idioma. Y por qué no, ¡puede aprender lengua de signos! Hay diccionarios infantiles de lengua de signos muy divertidos o si organizan cursos sencillos en la asociación o en el cole podrá apuntarse con vosotros. Será su “idioma secreto” con el que contarse muchas cosas y divertirse mucho.

• ¿Quieres entrar a logopedia con ella? Si el profesional lo considera oportuno esta es una forma de que conozca más a su hermana o hermano sordo: ve cómo se trabaja con él o ella, aprende a comunicarse mejor… y lo más importante, comparten un momento juntos donde seguro que se divierten.

• Así funciona el implante o este es su audífono. Que conozca los “aparatitos” que lleva su hermano le hará verlo todo de una forma más natural. Y qué mejor que vosotros, mamá y papá, para explicarle de forma sencilla cómo funcionan o para qué sirven. Podéis ayudaros de dibujos.

• Las caras de las emociones. Todos esos sentimientos como tener celos, estar asustado o enfadado con su hermana o hermano sordo puede que le cueste explicarlos. Una idea divertida puede ser usar tarjetas con fotos o recortes de revistas con diferentes caras: triste, emocionada, contenta… Podéis jugar a ver con cuál se siente identificado, por ejemplo: “¿Te sientes como el niño del cuento cuando se le rompió su juguete?”.
• Organizar fiestas en casa con sus amigos. Esta será una forma estupenda de que se viva de una forma natural la sordera: que vengan amigos y amigas de vuestra hija o hijo oyente y así conozcan a su hermano o hermana sorda. Si los amigos preguntan los papás y mamás podéis responder a sus dudas, ¡puede que algunas de esas dudas las tenga también vuestro hijo o hija!
• Tiempo para todos. Sabemos que a veces resulta casi imposible pasar mucho tiempo con los hijos e hijas. Lo importante no son cuántas horas sino que cuando estéis juntos disfrutéis mucho y sientan que, aunque sea por un ratito, son los protagonistas y le recordéis lo mucho que les queréis.

No dejéis de consultar el aparatado de Tiempo de calidad para cada miembro de la familia, seguro que encontráis más ideas para sacar el máximo partido al tiempo que pasáis juntos.
Mi familia> Hermanos> Tiempo de calidad para cada miembro de la familia.

 

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