“Aunque ya estábamos mucho más tranquilos, había veces que volvíamos a sentirnos tristes o angustiados: cuando no sabíamos cómo explicarle algo, cuando veíamos que tenía dificultades en el colegio y hasta cuando empezó a querer salir más con su grupo de amigas.
Ahora lo vemos de otra forma, creo que es muy normal y además a cualquier padre o madre con hijos sordos u oyentes le pasa también”.
Habéis pasado muchos momentos difíciles desde que os dijeron que vuestra hija o hijo era sordo. Habréis pasado del llanto al enfado, a preguntaros el porqué… Todos esos sentimientos forman parte de ese camino necesario para empezar a poneros manos a la obra, a sentiros con fuerzas y cada vez más seguros en vuestro papel de madres y padres.
Es posible que cuando ya parece que está superado, que habéis aceptado la situación, volváis a encontraros con situaciones que os vuelvan a recordar esos sentimientos de angustia o tristeza. Sentiros así no significa que no hayáis aceptado lo que ha pasado: sentiros así significa que ante ciertas situaciones seguís teniendo muchas dudas, como le pasa a cualquier padre o madre.
Mientras crecen vuestras hijas e hijos, tenéis que ir superando los retos que van surgiendo: al principio era empezar a entender lo que había pasado, a buscar recursos, ir a médicos, al logopeda… Luego surgen otros retos que van unidos a la edad: su primer suspenso, algún plantón de un amigo, esa chica que le gusta o su primera entrevista de trabajo. En cada una de esas situaciones es muy frecuente que os volváis a sentir perdidos y que no sepáis muy bien qué hacer para ayudarle. Esto es normal e indica que sois conscientes de las dificultades que surgen a medida que crecemos así como las dificultades propias de vuestra hija o hijo sordo.
Esa angustia no es comparable a la que sentisteis al principio, tras recibir el diagnóstico, y volver a sentirla no tiene por qué significar que no hayáis aceptado la sordera de vuestra hija o hijo.
La adolescencia es una etapa llena de profundos cambios que os dejan tanto a padres y madres como a los propios hijos e hijas desconcertados. Es la adolescencia, una etapa necesaria llena de cambios, de aprendizajes y de muchas dudas tanto para padres y madres como para vuestra hija o hijo. Es frecuente que os vuelvan a surgir dudas sobre cómo comunicaros o cómo tratar el tema de las normas. Como hemos visto, estas dudas y preocupaciones son muy normales en cualquier familia y no indica que no hayáis aceptado que vuestra hija o hijo es sordo, sino que os dais cuenta de los nuevos retos que se os plantean. Hasta ahora habéis conseguido comunicaros con vuestro hijo o hija y seguro que en esta etapa también seréis capaces.
Como padres y madres queréis lo mejor para vuestros hijos e hijas y es normal querer evitar que lo pase mal, que sufra, que se rían de él o ella… pero la realidad es que evitar estas situaciones es imposible. Todas y todos hemos tenidos malas experiencias, desilusiones, complejos, momentos de inseguridad… y si echamos la vista atrás nos daremos cuenta de que el haber vivido ciertas situaciones nos ha hecho más fuertes o aprender de esa experiencia. Igual que para vuestra hija o hijo: también vivirá este tipo de situaciones, que son inevitables y forman parte de esto de hacerse mayores.
Como padres y madres lo importante es saber que vuestro hijo o hija tiene necesidades, deseos, obligaciones… su sordera es una característica más que no tiene que impedir que viva todo tipo de situaciones. Vosotros y vosotras podéis acompañarle en este camino, siendo su apoyo, animándole, con mucha comunicación y haciéndole sentir único y especial. Así, cuando viva alguna de estas situaciones (que se burlen, que se rían de él o ella…) sabrá que estáis ahí y habrá crecido sabiendo que es una persona especial y única con un montón de capacidades.
La elección de un colegio, los primeros suspensos o esa asignatura que le cuesta tanto son situaciones difíciles y complicadas para la familia ya que buscáis siempre lo mejor para él o ella y a veces no sabéis cómo ayudarles. Es muy normal que os vuelvan otra vez las dudas, que os volváis a sentir perdidos e inseguros. Recordad que los profesionales que tan presentes estuvieron al principio, tras recibir el diagnostico, siguen estando ahí, dispuestos a resolver todas vuestras cuestiones. Cada etapa en la vida de vuestro hijo o hija os planteará nuevas dudas y dificultades: saber dónde os pueden orientar y echar mano de los profesionales son siempre buenas ideas. En el cole, en la asociación, en el equipo de orientación… No dudéis en pedir su colaboración.
¡Claro! Sin duda, ser padres y madres es la profesión más difícil que existe… ¡y la única que no se enseña! Es normal equivocarse, tener dudas, no saber por dónde empezar… Lo importante es que os deis cuenta de que sois los mejores padres y madres que podía tener: valorad también todas las cosas que ya estáis haciendo fenomenal y no os centréis solo en las cosas que no sabéis. Conocer a otras familias os hará daros cuenta de que es muy normal tener dudas.
Mamás y papás
Ahora que sois padres y madres os dais cuenta de la difícil tarea de educar. Las dificultades forman parte de este viaje en familia, saber que existen y tener recursos para solventarlas (asociaciones, otras familias, profesionales…) es muy positivo. Recordad que todos y todas tenemos altibajos y estos son normales: sois humanos.¡Ánimo!
Recuerda que no estás solo.
En la página web encontrarás mucha información para resolver tus dudas además de poder consultarnos en el apartado Pregúntanos. En la colección de DVD Mi hijo sordo podrás ver aspectos relacionados con las niñas, niños y jóvenes sordos.